Es indiscutible. Los tiempos de grandes crisis suponen multiplicidad de oportunidades.
Los tiempos difíciles que ha vivido el transporte aéreo a raíz de la Pandemia, no parecen haber frenado las propuestas de nuevos diseños aeronáuticos y la necesidad de ajustarse a las consecuentes exigencias de aplicación operacional.
Hoy en día se busca una mayor eficiencia que permita reducir el costo de los hidrocarburos y la cantidad de sillas vacías en cada segmento de vuelo.
Un buen ejemplo de lo anterior es el Boeing 737 que a finales de los años 60 en sus primeras versiones, podía transportar 100 pasajeros en una distancia de 1700 millas, cuando ahora su descendiente directo, el modelo 737-800, puede hacerlo por el doble de la distancia con el doble de pasajeros y con un consumo de combustible aproximadamente 23% menor.
Pero tal parece que eso no es suficiente. La eficiencia debe también proyectarse al perfeccionamiento aerodinámico que reduzca la resistencia. El mejoramiento de los materiales de construcción y la relación de potencia de los motores a que incluya menos ruido y vibraciones.
Es así como los grandes contratistas han llegado a presentar modelos que progresivamente se van distanciando de los diseños y conceptos que conocieron pocas modificaciones después de la segunda guerra mundial con el advenimiento de los jets comerciales.
PRIMEROS JETS COMERCIALES
Se estima que los nuevos aviones comerciales que deberían estar operativos a partir del año 2030, deberían adicionalmente cumplir con lo siguiente:
Reducción de su nivel de ruido de 71 decibelios, para evitar la contaminación sonora y paliar las molestias causadas por el tráfico aéreo en las zonas metropolitanas.
Disminución superior al 75% de las emisiones de óxido de nitrógeno, que aumentaría radicalmente la calidad del aire, sobre todo en las áreas cercanas a aeropuertos.
Descenso superior al 70% de la quema de combustible, que reduciría radicalmente las emisiones con efecto invernadero de la industria aeronáutica y abarataría el coste del transporte aéreo.
Capacidad técnica para adaptarse a distintos tipos de aeropuerto y vuelo, para reducir la congestión aérea y ahorrar combustible.
Algunos de los diseños que compite por lograr la delantera en esta carrera son:
.: El MIT D8, presentado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que incluye 3 motores turboFan y materiales compuestos que lo hacen más liviano y eficiente que los conocidos Airbus y Boeing.
.: El Northrop Grumman SELECT (Silent efficient Low emissions Commercial Transport), que apàrte de reducir las emisiones incorpora materiales compuestos derivados de la cerámica y avances nanotecnológicos....y
.: El Boeing SUGAR (Subsonic Ultra green aircraft research) que incorpora motores híbridos (turbofan y eléctricos) que se ajustan a las fases de vuelo.
Indudablemente, la aviación comercial se prepara para enfrentar la segunda parte del siglo 21 con aeronaves que permitan la viabilidad económica de los operadores sin exponer a la humanidad a mayores sacrificios como los que se derivan de la elevada huella de carbono en procura de satisfacer la siempre insaciable demanda del transporte de personas y materiales por vía aérea.
Hasta pronto !!!
Capt José Romero
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