Si hay una aeronave, aunque no la única, que contribuyó al desarrollo de la aviación comercial en la década de los ochenta, fue el Boeing 757, ya que por su alto rendimiento y un menor gasto de combustible que sus predecesores, permitió reducir costos operativos en vuelos, además de ampliar la cobertura de aerolíneas a ciudades no tan concurridas, porque puede operar rutas tanto de corto como de mediano radio, lo que también ayudó a reducir la congestión aeroportuaria.

En este mes de febrero se conmemoran 38 años del primer vuelo de esta versátil aeronave que la compañía Boeing diseñó para reemplazar al icónico 727 (aunque entró en operaciones un año después). Este avión de fuselaje estrecho, que transportaría hasta a 228 pasajeros en un rango de 3,900 millas náuticas, sería además hasta un 80% más eficiente en el consumo de combustible.
El 19 de febrero de 1982, el Boeing “siete cinco siete” realizó su primer vuelo, una semana antes de lo previsto. El prototipo había salido de la fábrica de Renton el 13 de enero de 1982, y estaba equipado con motores Rolls Roys RB211-535C. El primer vuelo se vio afectado por un calado del motor con indicaciones de baja presión de aceite, sin embargo, después de verificar el diagnóstico del sistema, el piloto de pruebas de la compañía John Armstrong y el copiloto Lew Wallick lograron reiniciar el motor afectado y el vuelo se operó con normalidad.
Posteriormente, el 757 se embarcó en un programa de pruebas de vuelo semanal de siete días pero para ese momento, el avión ya tenía 136 pedidos de siete compañías aéreas.
En cuanto a los avances tecnológicos que incorporó el 757, fue el primer avión comercial al que se le incorporaron innovadores instrumentos de vuelo, como el Sistema de Instrumentos Electrónicos de Vuelo (EFIS, por sus siglas en inglés) y el Instrumento de Motor y Sistema de Alerta de Tripulación (EICAS, por sus siglas en inglés).

Por sus características en general, esta aeronave genera uno de los costos de explotación por asiento más bajo que otros de pasillo único de su clase, así como el costo por viaje más reducido que cualquier avión de pasillo doble.
Luego de que en la década de los noventa la demanda de esta aeronave decayera a medida que nuevas rutas se fueron consolidando, el 757 se fue reemplazando por equipos de fuselaje ancho con mejores rendimientos y el 28 de octubre de 2004, Boeing anunció la finalización del programa 757 con la producción del avión número 1.050, un un aparato destinado a Shanghai Airlines. El 757 es uno de los siete modelos de reactores comerciales grandes que ha vendido más de mil unidades.
La mayor parte de los 757 prestan servicios domésticos para aerolíneas norteamericanas, sobre todo para American Airlines y Delta Air Lines. American Airlines opera gran parte de los 757 fabricados seguida por Delta con sus 125 unidades. United Airlines, Continental Airlines, US Airways, America West Airlines y Northwest Airlines también operan el modelo.