
Hace muchos años, cuando era niño, tuve la sorpresa de alzar la vista al cielo y observar una especie de chorro de aire blancuzco por la parte de atrás de la trayectoria de una aeronave, la cual aparentemente volaba a gran altura.
Aquello causó tal impresión en mi, que de inmediato pregunté a mi abuela sobre aquello y por supuesto, como era un fenómeno poco usual, ella especuló sobre la posibilidad de que se tratara de una "forma" de avisar que su ruta no incluía el aterrizaje en aquel territorio y que por su altitud pasaría de largo sobre el mismo.
Hoy en día, sabemos que el fenómeno conocido como "estelas de condensación", se atribuye a una combinación de factores entre los que se cuentan el vapor de agua, la presencia de hidrocarburos y especialmente la baja temperatura que se encuentra a grandes altitudes.
El vapor de agua, que es invisible y está presente en la atmósfera, se vé condensado o sublimado después de pasar por las turbinas calientes de los aviones e ingresar de nuevo a la atmósfera, la cual se encuentra a temperaturas muy frías de hasta -57 °C.