A principios del siglo veinte cuando los hermanos Wright probaban el Flyer 1 y Alberto Santos Dumont probaba su modelo 14BIS, lo último en que pensaban estos pioneros de la aeronáutica, era la eventual necesidad de ordenar el flujo de aeronaves en la atmósfera.
Fué en el año 1920, casi 17 años después del memorable vuelo en Kitty Hawk, que se conocería en Londres el primer aeropuerto del mundo que introduciría el Control de Tránsito aéreo.
La aviación había llegado para quedarse y se podía prever que tarde o temprano la cantidad de aeronaves presentes en una misma área de vuelo, requerirían algún tipo de "arbitraje" en cuanto a sus necesidades operativas.
A pesar de ello, no fue sino hasta el año 1930 que en el aeropuerto de Cleveland, USA, se implementó la primera torre de control de tráfico aéreo que regulaba llegadas, salidas y movimiento de aeronaves en superficie.
Todavía más, hubo que esperar la llegada del año 1950, para que una vez desarrollados los primeros servicios de radar, se pusieran en práctica mejores y más eficientes procedimientos de vuelo, que incluían el monitoreo en rutas y permitían mayor cercanía entre las aeronaves operando en las vecindades de aeropuertos.
Los Servicios de Tránsito aéreo (ATS) comprenden el servicio de control (ATC), el servicio de información (FIS) y el servicio de Alerta y rescate (SAR).
Los beneficios para las aeronaves dependen en gran medida del tipo de espacio aéreo donde estén volando y la reglamentación de vuelo que esté aplicando, ya sea visual (VFR) o instrumental (IFR).
En todos los casos, aunque pueda que no sea su responsabilidad primaria, se puede esperar que los servicios de tránsito aéreo incluyan información meteorológica, sobre los aeródromos y sobre posibles riesgos en vuelo.
En un afán por cumplir con lo más importante, la seguridad de las aeronaves procura garantizarse con una combinación de reglamentos, procedimientos, comunicación y una separación efectiva de las mismas. Tanto en tierra como en vuelo.
Las labores de los Controladores de tránsito aéreo se han visto cada vez más desafiantes y complejas, debido al uso limitado de instalaciones en tierra, el crecimiento en la demanda de servicios y el alto volumen de aeronaves que ya no solo transportan pasajeros sino que trasladan carga a lugares cada vez más remotos.
Gracias a la tecnología, los servicios de ATC han podido compensar las dificultades que se desprenden de lo anterior.
Es así como el Control de tránsito aéreo se "reparte" funciones a lo largo de diferentes tipos de espacio aéreo donde las aeronaves están en distintas fases de operación, como por ejemplo una aproximación de vuelo instrumental o una salida estandarizada en condiciones meteorológicas adversas.
La organización de las funciones es vital para el funcionamiento seguro y la fluidez de las operaciones.
Las instancias del ATC y las funciones que realizan se dividen de la siguiente manera:
Control de Autorizaciones (clearance delivery): encargados de dar autorizaciones de plan de vuelo a aeronaves salientes.
Control de Superficie (Ground Control): encargados de guiar y autorizar movimiento de aeronaves y equipos varios en tierra.
Control de Torre (Tower Control): encargados de autorizar despegues y aterrizajes.
Control de Salidas (Departure control): encargados de guiar las aeronaves en la fase primaria de salida en las vecindades de un aeropuerto.
Control de Aproximación (Approach Control): encargados de guiar a las aeronaves en la forma de llegar a un área terminal.
Control de ruta o área (Center o Area Control): encargados de monitorear las aeronaves a lo largo de rutas principalmente instrumentales.
Indudablemente, los Servicios de Tránsito aéreo también llegaron para quedarse. Hoy en día es inimaginable cómo serían los márgenes de seguridad y eficiencia operacional sin la ayuda de estos valiosos colaboradores que velan por dicha seguridad de vuelo, tanto como cualquiera de los Pilotos.
Hasta pronto !!!
