En la víspera de navidad del año 2016, el vuelo 935 de United Airlines proveniente de Londres, aterrizó 15 minutos antes de lo previsto en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.
La llegada anticipada de la aeronave hacía suponer que el Piloto al mando habría solicitado una prioridad para el aterrizaje.
Poco después se conocería que abordo viajaba la actriz norteamericana Carrie Fisher, conocida por su legendario papel de la Princesa Leia Organa en la saga de películas de La Guerra de las Galaxias.
Quien también fuera escritora y guionista, había sufrido un infarto masivo durante el vuelo y gracias a la rápida intervención de la tripulación, un técnico medico y una enfermera que viajaban abordo, se le pudieron aplicar procedimientos de reanimación (CPR) que permitieron enviar a la popular actriz a un centro hospitalario avanzado, donde lamentablemente fallecería unos días después. Su muerte recordó al mundo y a los viajeros el peligro de sufrir una emergencia médica en vuelo.
Muchas veces asumimos que que la probabilidad de que ocurra una emergencia médica abordo de un vuelo es muy remota y aún más difícil que llegue a afectarnos a nosotros o nuestros acompañantes.
Las estadísticas nos confrontan con la realidad de que estas situaciones son mas frecuentes de lo que pensamos.
Por ejemplo, si bien es cierto que la cantidad de pasajeros que viajaron sin contratiempos en avión durante el año 2016 anduvo cerca de los 3,5 mil millones, no deja de ser relevante que una aerolínea como Lufthansa tenga un promedio de 3 mil urgencias médicas por año. Estas últimas van desde simples problemas estomacales hasta episodios que ponen en peligro la vida como ataques cardíacos..
Cerca de 50 de estas situaciones son tan graves que implican que el avión deba desviarse al aeropuerto más cercano.
Es importante decir que se han hecho grandes esfuerzos con resultados positivos en la mitigacion del riesgo y consecuencias de emergencias medicas abordo de las aeronaves. Tal es el caso de los doctores y profesionales de la salud que se adhieren a programas voluntarios de asistencia en vuelo con beneficios en especie, tales como los implementados por Lufthansa, Austrian Airlines y Swiss International Airlines. Mas de 10 mil médicos se sumaron a esta alternativa.
Las líneas aéreas norteamericanas también encuentran respaldo en la legislación de la AMMA (Aviation Medical Assistance Act), una ley que protege las responsabilidades de los prestadores de servicios que responden a las emergencias médicas en vuelo y por lo tanto anima a los profesionales de la medicina a ayudar en esas emergencias.
Lo anterior se complementa con la obligación de que los Auxiliares de vuelo sepan sobre primeros auxilios y reciban cada dos años capacitación en resucitación cardiopulmonar y uso del DEA (desfibrilador externo automático) que obviamente debe ir abordo.
DEA (desfibrilador externo automático)
Aunque esperamos nunca tener que hacer uso de él, es importante conocer qué podemos encontrar dentro de el botiquín de la aeronave. Ese contenido viene regulado por la ley, concretamente en el Anexo 6, PARTE 1 de la Convención de Chicago de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional).
De hecho, según el tamaño de la aeronave y la cantidad de pasajeros que pueda transportar, podría necesitarse de varios botiquines repartidos a lo largo de la misma.
Como dato no menos relevante, existen dos tipos de botiquín de emergencias, el primero llamado FAK (First Aid Kit) está destinado a la atención de primeros auxilios en los que la administración de sus componentes se hace a través de los tripulantes debidamente entrenados. Su contenido incluye algodones, antisépticos, antihistamínicos, vendajes, cintas adhesivas, analgésicos, anti ácidos, termómetros, pinzas, tijeras y anti diarreicos.
El segundo tipo se llama EMK (Emergency Medical Kit), obligatorio en aviones de mas de 100 pasajeros, el cual solo se utilizará por un médico y bajo la autorización del Capitán de la aeronave. En este caso el contenido es consecuente con el posible tratamiento de situaciones mas serias y comprometedoras con la salud o la vida. Ejemplos de dicho contenido incluye jeringas, catéteres intravenosos, catéter traqueal de emergencia, corticoides inyectables, dextrosa inyectable, anti convulsivo sedativo inyectable, sondas oro-faríngeas, estetoscopio, torniquete venoso, pinzas para cordón umbilical, analgésicos mayores etc...
EMK
Ahora que conocemos esta información, quizás podamos sentirnos más seguros y tranquilos, al saber que toda una serie de imprevistos médicos que se pudieran presentar en vuelo, están cubiertos por el equipamiento, medicamentos y preparación del personal calificado abordo.
Hasta la próxima mis estimados amigos y amigas !!!!
Cap. José A. Romero.
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