Recientemente estuvimos considerando la relevancia de la temperatura del aire y su incidencia en diferentes áreas como la navegación, el performance y desde luego la meteorología. En esta última materia vimos que, si se mezclan las bajas temperaturas del aire con la presencia de la humedad, se pueden agregar serios problemas aerodinámicos como la deformación del perfil alar y la disminución en la sustentación. Debido a lo anterior, conviene preguntarse cuáles recursos existen para monitorear la temperatura del aire y enfrentar los riesgos de su variabilidad. El primero de ellos es el conocimiento. Por ejemplo, se sabe que el engelamiento estructural requiere la presencia simultanea de humedad visible y temperatura de fuselaje igual o menor a 0 grados centígrados.
Para ello debemos medir la temperatura ambiental del aire exterior (OAT: Outside air temperature), la cual guarda una estrecha relación con la temperatura de la estructura y perfiles aerodinámicos. Las aeronaves pequeñas que operan a velocidades y altitudes relativamente bajas, normalmente tienen una sonda o sensor externo conectado a un indicador de OAT.
El concepto de OAT (en ocasiones llamado SAT:Static air temperature), se refiere a la temperatura del aire externo sin perturbar por la interacción con la aeronave. En aeronaves tipo Jet, por encima de los 200 nudos de velocidad, el sensor de OAT es incapaz de dar indicaciones correctas debido a la compresibilidad del aire y la fricción. El incremento de la velocidad del aire (presión dinámica), produce a su vez un incremento de temperatura entre 15 y 30 grados centígrados (RAT: Ram Air Temperature). Dicho incremento se suma a la SAT y se obtiene la información de TAT (Total air temperature), la cual se envía a la computadora de vuelo y es esencial no solo para prevenir el hielo en la estructura sino porque afecta la temperatura dentro de los tanques de combustible y eventualmente la configuración de potencia (EPR) en los motores.
En climas extremos, como los que se encuentran a grandes latitudes, puede hacerse necesario incrementar la velocidad de la aeronave o volar a altitudes menores con tal de aumentar la TAT y prevenir la congelación del combustible, en cuyos casos un indicador de temperatura del mismo se vuelve evidentemente vital.
De la mano de la prevención que encontramos en el conocimiento y los medidores de temperatura, se encuentran los dispositivos de alerta y deshielo. Son sumamente interesantes, variados y útiles pero, qué tal si ponemos un poco de misterio y lo dejamos para el próximo Blog ?
Hasta la próxima amigos!! Cap. José A. Romero.
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