El escenario militar mundial cambia constantemente, pero sin duda lo ha hecho de manera exponencial en la última década.
Los recientes conflictos militares sólo han demostrado lo que desde la segunda guerra mundial ha quedado claro: quien domina los cielos probablemente gana la guerra.
Es así cómo dentro de la carrera armamentista, el diseño de aeronaves ha estado en primer lugar y ha conseguido los presupuestos más generosos por parte de los fabricantes y los gobiernos que los patrocinan.
Por largo tiempo los cazas convencionales como los F15, F16, F18 así como sus contrapartes rusos MIG 25, MIG 27 Y MIG 29 dominaron los cielos y muchos de ellos fueron la norma y punta de lanza de gran cantidad de Fuerzas aéreas alrededor del mundo.
En aquel tiempo se hablaba de Cazas de 4ta generación y versiones mejoradas de los mismos, los cuales incorporaban características notables en microelectrónica, informática, la potencia de sus motores, el diseño aerodinámico y la tecnología en armamento.
Las necesidades táctico-estratégicas de los ejércitos, las relaciones de poder en el escenario político mundial, el desarrollo de la tecnología y la voracidad de los contratistas y fabricantes tradicionales, provocaron nuevas generaciones de aeronaves, especialmente cazabombarderos, interceptores y aviones de reconocimiento.
Fué así como nacieron los aviones de la llamada 5ta generacion, en la cual un aparato diseñado para detectar y abatir otras aeronaves, utiliza e incorpora al menos tres elementos diferenciadores con la generación que le antecede: la capacidad furtiva (o baja detección), la integración de la información en un solo "cerebro" electrónico y la capacidad de conexión en red digital.
El Lockheed Martin F-22 Raptor fue puesto en servicio en 2005 y constituye un buen ejemplo de lo anterior, agregando entre sus capacidades velocidad de supercrucero, toberas variables en 2 dimensiones (empuje vectorial), agilidad, fusión de sensores y baja detección en una sola unidad.
Sin embargo, pese a sus demostradas capacidades operativas, el alto costo por cada unidad y la prohibición de exportar fuera de territorio norteamericano hicieron imposible que la comercialización pudiera bajar los costos de producción, por lo que solo se compraron internamente 183 unidades.
Es así como se creó una alianza estratégica internacional que permitiera construir una aeronave con características como las del Raptor, pero que fuera exportable, flexible, rentable y con mejoras sustanciales en radar y equipamiento electrónico: El Lockheed Martin F-35 Lightning II.
Se trata de un avión de combate polivalente con máxima capacidad furtiva y construido en tres versiones que incluyen el despegue corto y vertical (STOVL) y la posibilidad de operar en portaaviones.
Si bien la producción de esta aeronave de combate se retrasó en múltiples ocasiones y resultó el proyecto más caro de la industria, su puesta en servicio y capacidades bélicas que no solo lo hacen caza extraordinario sino un inmejorable avión de vigilancia que lo convierte en el sueño de adquisición por parte de cualquier Fuerza Aérea del mundo.
Hasta hace poco, solo estaba activo en la USAF y operaba versiones de entrenamiento en el Reino Unido.
La Fuerza Aérea Israelí se convirtió en la primera del mundo en operar F-35 mejorados en combate, lo cual le dió hasta el día de hoy una notable superioridad aérea y estratégica sobre todos los vecinos de la región.
A partir de los recientes acuerdos de paz en Oriente Medio, conocidos como los Acuerdos de Abraham, hemos visto la solicitud de compra de estas aeronaves por parte de los Emiratos Árabes Unidos, a lo que Israel no se opuso.
El balance predecible de las fuerzas en la región hace suponer, sin temor a equivocarse, que la necesidad de tener una aeronave tan desarrollada se vuelva una meta prioritaria para incorporarla en las fuerzas armadas de los países que gozan de buenas relaciones con occidente.
Hasta la próxima amigos y amigas !!!
Komen