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CRM... El Curso más importante de todos !!!

A principios de la década de 1970, la aviación mundial vivía momentos de gloria.

La era del jet comercial estaba consolidada y además, los aviones de fuselaje ancho habían llegado para quedarse y ofrecer una mayor comodidad. 


En ese momento, los avances en tecnología, diseño de aeronaves y servicios meteorológicos, hacían suponer que los conocidos márgenes de seguridad del transporte aéreo se mantendrían y probablemente mejorarían aún más.

Sin embargo, pese a su excelente e incomparable récord de seguridad, los accidentes en aviación siguieron ocurriendo. Existía un denominador común: la falla atribuida a algún elemento o factor humano.



Fué así como el año 1972, el mundo se enteraba de un accidente fatal abordo de un trimotor Lockheed 1011 operado por la la compañía Eastern Airlines, vuelo 401.

En esta ocasión, la industria quedaba perpleja al enterarse que dicha aeronave con tres tripulantes de vuelo calificados, se había precipitado a tierra cuando los pilotos permanecieron enfocados en una luz del tren de aterrizaje y no se dieron cuenta de que el piloto automático se había desconectado y habían empezado a descender inadvertidamente.  

Los resultados de la investigación revelaron que, entre otras cosas,  había existido una falta de liderazgo, coordinación entre las actividades que cada tripulante debía realizar, la comunicación y hasta la interacción con el personal de la torre de control que, al percatarse de su pérdida de altitud,  únicamente preguntaron si todo estaba bajo control.  


Esta década también fue el escenario de accidentes de aviación gravísimos como el que sucedería en el año 1977, que hasta el día de hoy sigue siendo el peor accidente de la aviación mundial: el choque de dos aeronaves Boeing 747 en el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, España.

En esta ocasión, más de 580 personas perdieron la vida en un accidente que reveló serios problemas de interacción humana, especialmente las comunicaciones y la cadena de mando.  


Fué un año después, en 1978,  que ocurriría el accidente del vuelo 173 de United Airlines en Portland, Oregon.

Esta vez se trataba de un DC 8 en el que los 3 tripulantes de vuelo se enfrascaban en la resolución de un problema del tren de aterrizaje que no solo les consumió toda su atención, sino también lo que les quedaba de gasolina para poder aterrizar, a pesar de que habían solucionado la falla.


Es entonces que después de las conclusiones obtenidas por las NTSB se hacen las recomendaciones pertinentes para que en las aerolíneas comerciales implementaran entrenamientos sistematizados y regulares que atendieran el complejo tema de la administración de los recursos en la cabina de mando de una aeronave.


Aunque más tarde su nombre cambió de "Cockpit" a Crew Resources Management (CRM), el entrenamiento implementado por United Airlines sentó las bases para lo que hasta el día de hoy constituye la columna vertebral de los procedimientos operativos normales y anormales que se ponen en práctica en cualquier aeronave y operador de vuelos.


El CRM es un concepto y un curso que se imparte constantemente en cualquier medio ambiente laboral donde el error humano puede tener consecuencias devastadoras.

Si bien es cierto que se inició como algo exclusivo al medio aeronáutico, hoy en día se aplica en otras disciplinas como los ambientes médicos y hasta en la extinción de incendios.