Con la expulsión de las tropas rusas de las cercanías de Kiev, las autoridades ucranianas comenzaron la mañana de este viernes, 27 de mayo, la limpieza del Aeropuerto Gostomel (GML) y la retirada de los restos del Antonov An-225 Mriya.
El aeródromo que alberga la sede del fabricante aeronáutico Antonovy de su aerolínea homónima fue escenario de la batalla entre los invasores rusos y las fuerzas que defendían la capital ucraniana.
Los trabajos fueron realizados por tropas ucranianas que, con el uso de equipos pesados, comenzaron a retirar los restos de vehículos blindados, tanques, helicópteros y aeronaves, además de las partes calcinadas de la sección delantera del An-225 Mriya, destruido por los invasores rusos entre la noche del sábado 26 de febrero y la madrugada del domingo 27 de febrero, cuando intentaban realizar un desembarco de tropas aerotransportadas con el objetivo de avanzar hacia Kiev.
Aún no se sabe qué harán con las otras partes del An-225, como la sección trasera y el empenaje, que a pesar de los daños conserva su integridad estructural. Las partes podrían ser desmontadas y utilizadas en la fabricación de souvenirs y otros objetos para conservar la memoria de lo que alguna vez fue el avión más grande del mundo; o incluso para exhibir en un museo de guerra. Pero se espera que sea desmantelado y vendido como chatarra.
El Mriya, que en ucraniano significa sueño o inspiración, fue desarrollado originalmente para transportar los orbitadores soviéticos de la clase Burán. Luego de completar con éxito la misión para la que fue concebido, con su peso máximo de despegue (MTOW) de 640 toneladas.
Fue convertido en carguero civil, transportando grandes cargas especiales en todo el mundo. Aunque la intención inicial del fabricante era ensamblar dos unidades del modelo, debido a las dificultades económicas de la época, sólo se completó un y era motivo de orgullo para el pueblo ucraniano.
Cabe señalar que la semana pasada el Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, anunció su intención de completar el ensamblaje del segundo avión en honor a los pilotos fallecidos durante la invasión rusa. El problema es sólo la inversión que se necesitaría para hacerlo; según estimaciones, poner otro An-225 Mriya en el cielo costaría más de mil millones de dólares, además de demandar una gran cantidad de tecnología y personal calificado. Fuente: Transponder 1200
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