Cada año, aumenta la demanda de pilotos por parte de las empresas de líneas aéreas. Según la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), desde 2015 se registró un aumento del 63 por ciento en la cantidad de pilotos en el país y una suba del 12 por ciento en la cantidad de pilotos afectados a líneas aéreas regulares, como Aerolíneas Argentinas, LATAM, Andes y Avianca. El crecimiento de la demanda de trabajadores se debe al otorgamiento de nuevas rutas en Argentina y a la llegada de nuevas empresas, como Flybondi, Norwegian, Lasa, Alas del Sur, American Jet y Polar.
Sólo en 2017 se sumaron 161 nuevos pilotos a las distintas líneas, un 10 por ciento más de los que había en 2016, y para fines de 2018 se prevé un nuevo aumento cuando las empresas sumen más aviones a sus flotas y contraten al menos 150 pilotos más. Además, para este año se sumarán 30 aviones en la flota aerocomercial: 3 en Aerolíneas, 6 de Flybondi, 7 de Norwegian, 3 de Andes, 7 de Avianca y 4 de Embraer.
Este fenómeno ocurre en todo el mundo, según informes publicados por las compañías más grandes del mundo en fabricación de aviones. Para Boeing, en los próximos 20 años van a hacer falta más de 600 mil pilotos en el sector de la aviación comercial. En el mismo sentido, para Airbus, la flota mundial de aviones se duplicará en los próximos 20 años y se necesitarán más de 500 mil nuevos pilotos. Ambas compañías atribuyen este aumento en la demanda de profesionales principalmente a la expansión de tráfico aéreo.
Sin embargo, existe una brecha muy profunda en el mercado laboral. Los comandantes con experiencia en líneas aéreas se encuentran en una situación de pleno empleo, dado que las empresas que llegan a Argentina buscan personas con trayectoria. En cambio, los jóvenes están en un laberinto difícil de salir: la oferta laboral en la aviación general (vuelos privados, por fuera de la línea aérea) cae año a año. Y para entrar a la línea aérea, la "meca" de la mayoría de los pilotos, se necesita invertir más de un millón de pesos en formación y experiencia.
Fuente: La Nacion
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