Las cenizas volcánicas son básicamente partículas vítreas duras y rocas pulverizadas altamente abrasivas. Están compuestas por materiales silíceos cuyo punto de fusión es inferior a la temperatura de funcionamiento de un reactor en crucero. Adicionalmente a las cenizas, se desprenden gases como el dióxido de azufre y cloro que mezclados con el agua en suspensión en la atmósfera, producen sustancias potencialmente peligrosas, tanto para la aeronave como para la salud de los ocupantes de la misma, estos productos son el ácido sulfúrico y ácido clorhídrico .

Los efectos adversos generados en la aeronave pueden ser muy diversos, desde afectación de la célula hasta obstrucción de los sistemas de ventilación.
Como hemos mencionado anteriormente, el poder altamente abrasivo de las cenizas puede llegar a generar erosiones en el fuselaje, alas, empenage de cola y álabes de motor fundamentalmente.

Puede generarse una pérdida de visión de menor o mayor grado a través de los cristales de “cockpit” por lo que afecta gravemente a la seguridad operacional de la aeronave. Además, debido al impacto de las partículas con los cristales de la aeronave se producen descargas eléctricas y generan el efecto FUEGO DE SAN TELMO, básicamente son unos “chisporroteos” en el entorno de las ventanas de “cockpit”. También puede formarse un resplandor en el área de entrada de los motores y borde de ataque de los planos.
Taponamiento de sondas pitot/estática. A consecuencia de la entrada de cenizas tanto en las sondas pitot como en las sondas estáticas, los pilotos se pueden encontrar con indicaciones de velocidad y altitud erróneas, así como, falsos “warnings”.
Pérdida parcial o total de empuje en los motores. Debido al menor punto de fusión de los elementos que componen las cenizas volcánicas en comparación con la temperatura de funcionamiento del motor de las aeronaves, las partículas que se introducen dentro del motor pueden llegar a fundirse dentro del mismo, quedando adheridas a los álabes de la etapa de turbina o obstruir los inyectores de combustible, produciendo una alteración en el ciclo del aire dentro del motor, lo que genera una pérdida de eficiencia del mismo o podemos llegar al “flame out” parada de motor. Por otro lado, la erosión generada por las cenizas puede producir daños internos sobretodo en el compresor de alta como en la turbina de baja.
Fallo en el sistema de refrigeración de equipos. La entrada de partículas en los filtros de aire del sistema de refrigeración de equipos, puede generar una obstrucción de dichos filtros e impedir la circulación de aire a través de los equipos situados en los compartimentos de aviónica, lo que puede llevar a un estado de sobretemperatura de las computadoras y generar fallos en múltiples sistemas.
Contaminación del aire de cabina. Anteriormente hemos mencionado que durante la erupción, se generan ciertas sustancias que son potencialmente peligrosas para la salud. Estas sustancias al penetrar en el sistema de ventilación, generan una contaminación del aire dentro de la cabina que lo convierte en irrespirable, por lo que se hace necesario la utilización de mascaras de oxígeno por parte de la tripulación técnic